viernes, 23 de abril de 2010

¿Me estoy pareciendo a mi madre?

Ultimamente estoy teniendo esa extraña sensación de que me está sucediendo eso.
Me di cuenta que no puedo sentarme a usar la cocina sin que las cosas estén en su lugar: la vajilla ordenada, la mesada limpia y el florero sobre la mesada. Lo mismo me pasa en mi cuarto, no puedo sentarme a tocar la guitarra sin que las cosas estén acomodadas, es por eso que no toco la guitara hace varios días.
Tengo esa manía de analizar las cosas que me quiero comprar viendo hasta el último detalle para decidirme si compro o no compro. La mayoría de las veces me gana la razón y me compro cosas que no me terminan de gustar del todo, pero las compro porque el precio el mucho mas accesible, o porque le encuentro una vuelta mala a lo otro que me quiero comprar.
Lo que sucede después es que llego a casa y me agarrá ese no-se-qué, y ahí es que me doy cuenta que me tendría que haber dejado llevar por mi gusto, que por el precio. Hasta a veces me pasa de analizar las cosas, aunque no me las tenga que comprar, por el simple hecho de comparar, de pensar mas de lo necesario.
Lo peor de todo es que a veces me preocupo en cosas que no me corresponderían pensar, suelo buscar una solución para eso y además me hago cargo de. Ejemplo: llego a casa y veo que faltan 3 bombitas de luz rotas y hay que comprar nuevas. Me doy cuenta que hace 2 semanas están esas bombitas rotas, asique me hago cargo y compro nuevas. Tengo ese presentimiento de que si no lo hago, nadie lo va hacer. Otros ejemplos: preocuparme de mi hermanito y su rendimiento en el colegio, de quién va a preparar la cena.
A veces me vuelvo tan curiosa con las cosas, me siento su sombra.

Alguna que otra vez me agarra algún flash de stress, pero bueno, puedo volver a la normalidad y me doy cuenta que de la mitad de las cosas que estoy contando ahora, son cosas que hago para ayudarla (el orden, preparar la cena, preocuparme por mi hermanito) y eso creo que es lo que realmente vale. Soy la hija también en algo me tengo que parecer.

Listo, lo dije. Ahora voy a seguir disfrutando mi vida acompañada de este tema de Elvis Presley interpretado por la dulce voz de Norah Jones

martes, 20 de abril de 2010

Aquella noche austral

Hace mucho que no la pasaba tan bien en mi cumpleaños. Y eso que ni me imaginé que iba a llegar a estar tan feliz.

Ya había dejado la casa lista para que la gente viniera a eso de las 11. Eran las 12:30 y estaba un poco triste, nadie había llegado todavía. Agarré la guitarra y me puse a improvisar mientras esperaba. En eso suena el timbre, era Mili, me quedé hablando con ella hasta que sonó mi teléfono: eran los chicos del ISER que estaban en la puerta de casa. Nuevamente sonó el timbre, habían llegado los chicos del colegio. Ya me sentía acompañada.
Nos quedamos en casa, tomando unos tragos, hablando de la vida, poniéndonos al día, grabando videos, entre risas y flashes. Como no tenía ganas de quedarme en casa, y quería alargar la noche, propuse salir a Plaza Serrano, es un lugar que me encanta. Dado que la cumplañera siempre decide, todos me hicieron caso. Nos fuimos en auto para Palermo, asi todos como contentos. Pudimos entrar lo mas bien a un bar, improvisamos pasos, amanecian risas la estabamos pasando muy bien. Después en bondi a casa. La noche se estaba escondiendo. Llegué a casa y sentí una satisfacción muy plena. Estaba feliz.

Al fin y al cabo no se trataba de números, eramos poquitos y lo disfrutamos muy bien. Hace mucho que no me sentía tan querida, hace mucho que no recordaba a esa Tere que le gusta salir a bailar, que le pone la mejor onda a la noche, la que ríe, la tierna persona que a veces se muestra a la luz. Esa felicidad que uno siente cuando, después de varias dudas, idas y vueltas, se siente en el camino correcto, con la gente correcta. Aprovecho para tomarlo como un impulso para seguir adelante con mi vida, para tener una nueva raiz de donde sostenerme.

Me puse sentimental...